1.7.11

Walden

Para algunos, el terreno todo de la vida humana parece haber sido recorrido ya por sus predecesores: alturas, valles y vericuetos dignos de interés. Según Evelyn, el sabio Salomón reglamentó incluso la distancia que debía mediar entre los árboles: los pretores romanos habían determinado con que frecuencia puede uno recoger las bellotas caídas en la parcela del vecino sin violar la ley, y que proporción de aquellas correspondían entonces a éste. Hipóctrates dictaminó a su vez la forma de cortarse las uñas: a ras de las yemas, ni más ni menos. Sin duda alguna, el tedio y el fastidio que se presume hagan agotado la variedad y goces de la vida son tan viejos como Adán. Pero la capacidad del hombre no ha sido medida aún, y es tan poco lo ensayado en este sentido, que no nos ha de caber juzgarlo por algunos precedentes.